Applied Learning in Business Informatics
How Simulations, ERP Systems, and Low-Code Tools Prepare Students for Real-World Innovation
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This article is part of the 10-week series on Innovation, Leadership, and Digital Transformation. Explore the full series below:
Funding the Future: Strategic Capital for Innovation Ecosystems
Digital Ethics in Business Informatics: Designing for Responsibility
Leading Interdisciplinary Teams: Turning Complexity into Collaboration
Strategic Requirements Engineering for Complex Technical Projects
From Blueprint to Bot: Business Process Management in Robotics
Introduction: From Theory to Applied Learning
Business informatics sits at the intersection of technology, management, and innovation — a field that demands both analytical depth and practical agility. As digital transformation accelerates across industries, the expectations placed on graduates have shifted. Employers no longer seek professionals who merely understand systems in theory; they need individuals who can design, implement, and adapt digital solutions in real-world contexts.
This shift calls for a rethinking of how business informatics is taught. Traditional lectures and textbook exercises are giving way to immersive, practice-oriented approaches that simulate the complexity and dynamism of modern business environments. The classroom is becoming a lab — a space where students experiment, collaborate, and build digital fluency through hands-on experience.
Teaching Methods: Learning by Doing
To foster applied competence, educators in business informatics are increasingly adopting active learning strategies. Among the most effective methods:
Simulations
Digital simulations allow students to engage with realistic business scenarios — from supply chain disruptions to financial forecasting — in a controlled, risk-free environment. These tools promote decision-making, strategic thinking, and systems-level understanding.
Symbolic Cases
Symbolic cases present abstracted versions of real-world problems, encouraging students to identify patterns, model processes, and propose solutions. They bridge theory and practice by embedding conceptual frameworks into practical challenges.
Project-Based Learning
In project-based formats, students work in teams to solve open-ended problems, often in collaboration with industry partners. Whether developing a prototype, analyzing data, or optimizing a workflow, the emphasis is on ownership, iteration, and reflection.
These methods cultivate not only technical skills but also soft skills — communication, collaboration, and adaptability — essential for navigating digital workplaces.
Tools: Building Digital Fluency
Practice-oriented teaching is powered by tools that mirror those used in professional environments. Two stand out:
ERP Systems
Enterprise Resource Planning (ERP) platforms like SAP or Microsoft Dynamics expose students to integrated business processes — finance, logistics, HR — and help them understand how data flows across departments. Working within ERP environments fosters cross-functional thinking and operational awareness.
Low-Code Platforms
Low-code tools such as Mendix, OutSystems, or Microsoft Power Apps enable students to build functional applications with minimal coding. These platforms democratize development, allowing learners to focus on logic, design, and user experience — key components of digital innovation.
By integrating these tools into coursework, educators prepare students to engage with the technologies shaping today’s enterprises.
Vision for the Future: Intelligent, Integrated Learning
Looking ahead, practice-oriented teaching in business informatics is poised to become even more dynamic and personalized. Two emerging directions stand out:
AI-Assisted Feedback
Artificial intelligence can provide instant, tailored feedback on student work — from code quality to process modeling. This not only accelerates learning but also supports self-directed improvement and deeper engagement.
Integration with Real-World Protocols
Future classrooms may connect directly with live business systems, allowing students to interact with real-time data, APIs, and operational workflows. This blurs the line between education and enterprise, turning learning into a form of digital apprenticeship.
Such innovations promise to make business informatics education more responsive, relevant, and regenerative.
Conclusion: Bridging Education and Digital Transformation
Practice-oriented teaching is more than a pedagogical trend — it’s a strategic response to the evolving demands of the digital economy. By combining active learning methods with professional-grade tools and forward-looking visions, educators in business informatics are building bridges between academia and industry.
In doing so, they’re not just preparing students for the future — they’re shaping it.
End
ESP
Introducción: De la teoría al aprendizaje aplicado
La informática empresarial se sitúa en la intersección entre tecnología, gestión e innovación. Es un campo que exige tanto profundidad analítica como agilidad práctica. A medida que la transformación digital avanza en todos los sectores, las expectativas sobre los egresados han cambiado. Las empresas ya no buscan profesionales que solo comprendan los sistemas en teoría, sino personas capaces de diseñar, implementar y adaptar soluciones digitales en contextos reales.
Este cambio exige repensar cómo se enseña la informática empresarial. Las clases tradicionales y los ejercicios de manual están dando paso a enfoques inmersivos y orientados a la práctica, que simulan la complejidad y el dinamismo del entorno empresarial actual. El aula se convierte en un laboratorio: un espacio donde los estudiantes experimentan, colaboran y desarrollan fluidez digital a través de la experiencia directa.
Métodos de Enseñanza: Aprender haciendo
Para fomentar competencias aplicadas, los docentes están adoptando estrategias de aprendizaje activo. Entre los métodos más efectivos destacan:
Simulaciones
Las simulaciones digitales permiten a los estudiantes enfrentarse a escenarios empresariales realistas —desde interrupciones en la cadena de suministro hasta proyecciones financieras— en un entorno controlado y sin riesgos. Estas herramientas promueven la toma de decisiones, el pensamiento estratégico y la comprensión sistémica.
Casos simbólicos
Los casos simbólicos presentan versiones abstractas de problemas reales, invitando a los estudiantes a identificar patrones, modelar procesos y proponer soluciones. Son una forma eficaz de conectar teoría y práctica, integrando marcos conceptuales en desafíos concretos.
Aprendizaje basado en proyectos
En este formato, los estudiantes trabajan en equipos para resolver problemas abiertos, muchas veces en colaboración con empresas. Ya sea desarrollando un prototipo, analizando datos o mejorando un flujo de trabajo, el enfoque está en la autonomía, la iteración y la reflexión.
Estos métodos no solo desarrollan habilidades técnicas, sino también competencias blandas —comunicación, trabajo en equipo, adaptabilidad— fundamentales para desenvolverse en entornos digitales.
Herramientas: Construyendo fluidez digital
La enseñanza práctica se apoya en herramientas que reflejan las utilizadas en el mundo profesional. Dos destacan especialmente:
Sistemas ERP
Plataformas de planificación de recursos empresariales (ERP) como SAP o Microsoft Dynamics permiten a los estudiantes comprender procesos integrados —finanzas, logística, recursos humanos— y visualizar cómo fluye la información entre áreas. Trabajar con sistemas ERP fomenta el pensamiento transversal y la conciencia operativa.
Plataformas low-code
Herramientas como Mendix, OutSystems o Microsoft Power Apps permiten desarrollar aplicaciones funcionales con poca programación. Estas plataformas democratizan el desarrollo, permitiendo a los estudiantes centrarse en la lógica, el diseño y la experiencia del usuario —elementos clave de la innovación digital.
Integrar estas herramientas en el aula prepara a los estudiantes para interactuar con las tecnologías que están transformando las organizaciones.
Visión de Futuro: Aprendizaje inteligente e integrado
De cara al futuro, la enseñanza práctica en informática empresarial será aún más dinámica y personalizada. Dos tendencias emergentes se perfilan con fuerza:
Retroalimentación asistida por IA
La inteligencia artificial puede ofrecer comentarios instantáneos y personalizados sobre el trabajo del estudiante —desde la calidad del código hasta el modelado de procesos. Esto acelera el aprendizaje, fomenta la mejora autónoma y profundiza el compromiso.
Integración con protocolos reales
Las aulas del futuro podrían conectarse directamente con sistemas empresariales en tiempo real, permitiendo a los estudiantes interactuar con datos vivos, APIs y flujos operativos reales. Esto difumina la frontera entre educación y empresa, convirtiendo el aprendizaje en una especie de “aprendizaje en red” o pasantía digital.
Estas innovaciones prometen hacer que la enseñanza en informática empresarial sea más relevante, ágil y regenerativa.
Conclusión: Un puente entre la educación y la transformación digital
La enseñanza orientada a la práctica no es solo una tendencia pedagógica: es una respuesta estratégica a las demandas de la economía digital. Al combinar métodos activos con herramientas profesionales y una visión de futuro, los docentes están construyendo puentes entre la academia y el mundo empresarial.
Y al hacerlo, no solo preparan a los estudiantes para el futuro —están ayudando a construirlo.
Fin
PT
Introdução: Da teoria ao aprendizado aplicado
A informática empresarial está na interseção entre tecnologia, gestão e inovação — um campo que exige tanto profundidade analítica quanto agilidade prática. Com a aceleração da transformação digital em todos os setores, as expectativas sobre os profissionais formados mudaram. As empresas não buscam apenas quem entende os sistemas em teoria, mas quem sabe projetar, implementar e adaptar soluções digitais em contextos reais.
Esse cenário exige uma nova abordagem no ensino da informática empresarial. As aulas expositivas e os exercícios tradicionais estão dando lugar a métodos mais imersivos e orientados à prática, que simulam a complexidade e o dinamismo do ambiente corporativo atual. A sala de aula se transforma em um laboratório — um espaço onde os estudantes experimentam, colaboram e desenvolvem fluência digital por meio da vivência prática.
Métodos de Ensino: Aprender fazendo
Para desenvolver competências aplicadas, professores da área estão adotando estratégias de aprendizagem ativa. Entre os métodos mais eficazes, destacam-se:
Simulações
Simulações digitais permitem que os alunos enfrentem cenários empresariais realistas — como interrupções na cadeia de suprimentos ou projeções financeiras — em um ambiente seguro e controlado. Essas ferramentas estimulam a tomada de decisão, o pensamento estratégico e a compreensão sistêmica.
Casos simbólicos
Casos simbólicos apresentam versões abstratas de problemas reais, incentivando os alunos a identificar padrões, modelar processos e propor soluções. Eles conectam teoria e prática ao aplicar conceitos em desafios concretos.
Aprendizagem baseada em projetos
Nesse formato, os estudantes trabalham em equipe para resolver problemas abertos, muitas vezes em parceria com empresas. Seja desenvolvendo um protótipo, analisando dado ou otimizando um processo, o foco está na autonomia, na experimentação e na reflexão.
Esses métodos desenvolvem não apenas habilidades técnicas, mas também competências interpessoais — como comunicação, colaboração e adaptabilidade — essenciais para atuar em ambientes digitais.
Ferramentas: Construindo fluência digital
O ensino prático se apoia em ferramentas que refletem o que é usado no mercado. Duas se destacam:
Sistemas ERP
Plataformas de planejamento de recursos empresariais (ERP), como SAP ou Microsoft Dynamics, permitem que os alunos compreendam processos integrados — finanças, logística, recursos humanos — e visualizem como os dados circulam entre áreas. Trabalhar com sistemas ERP estimula o pensamento transversal e a visão operacional.
Plataformas low-code
Ferramentas como Mendix, OutSystems ou Microsoft Power Apps permitem criar aplicações funcionais com pouca, ou nenhuma programação. Essas plataformas democratizam o desenvolvimento, permitindo que os alunos foquem na lógica, no design e na experiência do usuário — elementos centrais da inovação digital.
Ao integrar essas ferramentas ao currículo, os professores preparam os alunos para lidar com as tecnologias que estão moldando o mundo corporativo.
Visão de Futuro: Aprendizado inteligente e integrado
O ensino prático em informática empresarial tende a se tornar ainda mais dinâmico e personalizado. Duas tendências ganham destaque:
Feedback assistido por IA
A inteligência artificial pode oferecer retornos instantâneos e personalizados sobre o trabalho dos alunos — desde a qualidade do código até o modelamento de processos. Isso acelera o aprendizado, estimula a autonomia e aprofunda o engajamento.
Integração com protocolos reais
As salas de aula do futuro podem se conectar diretamente a sistemas empresariais em tempo real, permitindo que os alunos interajam com dados vivos, APIs e fluxos operacionais reais. Isso aproxima o ensino da prática, transformando o aprendizado em uma espécie de estágio digital.
Essas inovações prometem tornar o ensino da informática empresarial mais relevante, ágil e regenerativo.
Conclusão: Um elo entre educação e transformação digital
O ensino orientado à prática não é apenas uma tendência pedagógica — é uma resposta estratégica às demandas da economia digital. Ao combinar métodos ativos com ferramentas profissionais e uma visão voltada para o futuro, os educadores estão construindo pontes entre a academia e o mercado.
E ao fazer isso, não estão apenas preparando os alunos para o futuro — estão ajudando a construí-lo.
Fim
DE
Einleitung: Von der Theorie zum angewandten Lernen
Die Wirtschaftsinformatik bewegt sich im Spannungsfeld zwischen Technologie, Management und Innovation — ein Fachgebiet, das sowohl analytische Tiefe als auch praktische Handlungskompetenz verlangt. Mit der fortschreitenden digitalen Transformation steigen die Anforderungen an Absolvent:innen: Unternehmen suchen nicht mehr nach theoretischem Verständnis, sondern nach Menschen, die digitale Lösungen konzipieren, umsetzen und flexibel an reale Herausforderungen anpassen können.
Diese Entwicklung erfordert ein Umdenken in der Lehre. Klassische Vorlesungen und Lehrbuch Aufgaben weichen zunehmend praxisnahen, immersiven Formaten, die die Komplexität und Dynamik moderner Unternehmens Realitäten abbilden. Die Lehrveranstaltung wird zum Labor — ein Raum, in dem Studierende experimentieren, kollaborieren und digitale Handlungskompetenz durch aktives Tun entwickeln.
Lehrmethoden: Lernen durch Handeln
Um anwendungsbezogene Kompetenzen zu fördern, setzen Lehrende in der Wirtschaftsinformatik verstärkt auf aktive Lernformen. Besonders wirkungsvoll sind:
Simulationen
Digitale Simulationen ermöglichen es Studierenden, realitätsnahe Szenarien — etwa Lieferketten Störungen oder Finanzprognosen — in einem sicheren Umfeld zu durchspielen. Sie fördern strategisches Denken, Entscheidungsfähigkeit und systemisches Verständnis.
Symbolische Fallstudien
Symbolische Fälle abstrahieren reale Problemstellungen und regen dazu an, Muster zu erkennen, Prozesse zu modellieren und Lösungsansätze zu entwickeln. Sie schlagen eine Brücke zwischen Theorie und Praxis, indem sie konzeptionelle Modelle in konkrete Herausforderungen einbetten.
Projektbasiertes Lernen
In projektorientierten Formaten arbeiten Studierende in Teams an offenen Fragestellungen — oft in Kooperation mit Praxispartnern. Ob Prototypenentwicklung, Datenanalyse oder Prozessoptimierung: Im Mittelpunkt stehen Eigenverantwortung, iterative Entwicklung und kritische Reflexion.
Diese Methoden fördern nicht nur technische Fähigkeiten, sondern auch Soft Skills wie Kommunikation, Teamarbeit und Anpassungsfähigkeit — Schlüsselkompetenzen für die digitale Arbeitswelt.
Werkzeuge: Digitale Praxis erleben
Praxisorientierte Lehre lebt von Werkzeugen, die den beruflichen Alltag realistisch abbilden. Zwei Tools sind besonders relevant:
ERP-Systeme
Enterprise-Resource-Planning-Plattformen wie SAP oder Microsoft Dynamics geben Einblick in integrierte Geschäftsprozesse — von Finanzen über Logistik bis hin zu Personalwesen. Die Arbeit mit ERP-Systemen fördert bereichsübergreifendes Denken und ein tiefes Verständnis für operative Zusammenhänge.
Löw-Code-Plattformen
Tools wie Mendix, OutSystems oder Microsoft Power Apps ermöglichen die Entwicklung funktionaler Anwendungen mit minimalem Programmieraufwand. Sie demokratisieren den Zugang zur Softwareentwicklung und erlauben Studierenden, sich auf Logik, Design und Nutzererfahrung zu konzentrieren — zentrale Elemente digitaler Innovation.
Durch die Einbindung solcher Werkzeuge in die Lehre werden Studierende gezielt auf die Technologien vorbereitet, die den Unternehmensalltag prägen.
Zukunftsvision: Intelligentes und integriertes Lernen
Der Blick nach vorn zeigt: Die praxisorientierte Lehre in der Wirtschaftsinformatik wird zunehmend dynamisch und personalisiert. Zwei Entwicklungen stechen hervor:
KI-gestütztes Feedback
Künstliche Intelligenz kann individuelles, sofortiges Feedback zu studentischen Arbeiten liefern — etwa zur Codequalität oder zur Prozessmodellierung. Das fördert selbstgesteuertes Lernen, beschleunigt den Fortschritt und stärkt die Motivation.
Integration mit Echtzeit-Protokollen
Zukünftige Lernräume können direkt mit Unternehmen Systemen verbunden sein, sodass Studierende mit Live-Daten, APIs und operativen Workflows arbeiten. So verschwimmt die Grenze zwischen Hochschule und Praxis — Lernen wird zur digitalen Hospitation.
Solche Ansätze machen die Lehre nicht nur relevanter, sondern auch nachhaltiger und zukunftsorientierter.
Fazit: Bildung als Brücke zur digitalen Transformation
Praxisorientierte Lehre ist mehr als ein didaktischer Trend — sie ist eine strategische Antwort auf die Anforderungen der digitalen Wirtschaft. Durch die Verbindung aktiver Lernmethoden mit professionellen Tools und einem klaren Zukunftsblick schaffen Lehrende in der Wirtschaftsinformatik echte Brücken zwischen Hochschule und Unternehmenspraxis.
Und dabei bereiten sie Studierende nicht nur auf die Zukunft vor — sie gestalten sie aktiv mit.
Ende
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